¿Por qué hay que cuidar nuestra salud visual?

El segundo jueves de octubre se celebra el Día Mundial de la Visión, fecha decretada por la Organización Mundial de la Salud con el objetivo de crear conciencia a las personas sobre los diferentes tipos de afecciones visuales, sus tratamientos y cómo casi todos son prevenibles o curables.

De acuerdo con Alejandra Castiblanco Suárez, coordinadora de Prácticas del programa de Optometría de la Fundación Universitaria del Área Andina, tener una buena visión es fundamental para la realización correcta de cualquier actividad de la vida diaria, por eso es importante que las personas mantengan una correcta higiene visual.

“La visión es un sentido de relación por el que percibimos nuestro entorno y respondemos ante el mismo, es aquella que utilizamos en nuestra vida diaria para reconocer un rostro, acercarnos a otras personas, ver lo que tenemos frente a nosotros o para bajar y subir escaleras, así como tener diferentes grados de iluminación. Mantener una buena agudeza visual es sinónimo de calidad de vida”, explica la coordinadora Castibanco.

Los ojos son sistemas visuales con capacidad de enfocar, lo que genera unas imágenes que se interpretan en el cerebro, cualquier anomalía en la vía visual que va de ojo a cerebro provocará que la persona no pueda ver con claridad. “El ojo es el órgano que detecta la luz, siendo la base del sentido de la vista y sus partes son esenciales para la existencia humana porque gracias a ellas, captamos, percibimos y encontramos lo que se llama las imágenes percibidas por el sistema”, sostiene la académica Castiblanco.

Sin embargo, los problemas de visión se agravan con la edad y la función del ojo llega a sufrir cambios y complicaciones con el tiempo, dado que a lo largo de la vida estamos expuestos a ciertos escenarios que pueden deteriorar nuestra vista como: pasar mucho tiempo frente a un computador u otros dispositivos tecnológicos, estar expuestos a actividades bajo el sol sin protección UV e incluso, realizar actividades que requieren mayor esfuerzo visual.

Para la académica Castiblanco,  las alteraciones visuales pueden ser fuente de inmovilidad, caídas o falta de higiene, lo que generaría afecciones oculares como miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia; problemas de visión comunes que hará que la persona pueda caer en depresión, produciendo así una disminución en su calidad de vida.

“La visión borrosa es el síntoma más común de los errores de refracción, entendiendo que la refracción ocurre cuando la luz cambia su dirección al pasar a través de un objeto hacia otro. La visión ocurre cuando los rayos de luz se desvían al pasar a través de la córnea y el cristalino, la luz es enfocada luego sobre la retina y ésta, transforma la luz en impulsos eléctricos que se envían al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro interpreta estos mensajes, convirtiéndolos en las imágenes que vemos”, asegura a académica Castiblanco.

Según la Organización Mundial de la Salud a través de un informe presentado con los útimos avances y acontecimientos, reveló que en todo el mundo, por lo menos 2.200 millones de personas padecen de una deficiencia y entre ellas, al menos 1.000 millones tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado.

La OMS estima que la necesidad insatisfecha de atención de la miopía en las regiones de ingresos bajos y medios es cuatro veces mayor que en las regiones de ingresos altos y que la la carga de enfermedades oftalmológicas y deficiencias visuales no afecta a todas las personas por igual. Así mismo, la organización prevé que el número de personas con ceguera, se triplique a 2050, teniendo en cuenta el aumento considerable de casos de cataratas, glaucoma, retinopatía diabética, error de refracción no corregido y degeneración macular asociada a la edad.

Con el objetivo de prevenir fatigas oculares y mejorar la calidad de visión, la experta Castiblanco recomienda:

• Parpadear de manera constante: parpadear es la manera natural en la que el ojo se lubrica y por eso normalmente parpadeamos unas 15 veces por minuto. Estudios han demostrado quea exposición prolongada a las pantallas, se reduce el parpadeo y se reseca el ojo.
• Correción óptica: usar lentes prescritos permiten enfocar adecuadamente a la distancia de trabajo y ayuda a reducir el cansancio ocular.
• Ajustar brillo y contraste de las pantallas: ésta no debe brillar más que el entorno, se debe ajustar y nivelar con la luz circundante.
• Aplicar la regla "20-20-20": cada 20 minutos, cambiar el punto donde se fijan los ojos y mirar hacia un objeto que esté al menos a seis metros de distancia por lo menos 20 segundos.