A finales de 2019, la Unesco inició una propuesta mundial para reflexionar sobre el desarrollo de la humanidad y del planeta a través del papel de la educación como motor del conocimiento y el aprendizaje, conocida como Futuros de la Educación.
Esta iniciativa promueve una conversación colectiva y democrática desde la amplia diversidad humana para que los docentes, estudiantes, jóvenes, padres, instituciones de educación, sociedad civil y hacedores de política educativa, discutan sobre la importancia de la educación y su apuesta transformadora con miras al 2050, en la cual todos podemos participar y proponer los principales desafíos y objetivos de la enseñanza a través del siguiente link
Desde el lema “Aprender a transformarse”, la Unesco reconoce que en un mundo cambiante y complejo, donde el cambio climático, la automatización y recientemente la pandemia de la Covid-19, están cambiando la realidad que se conocía, la educación debe abordarse desde su inmensa posibilidad de crear constantemente gracias al aprendizaje continuo a lo largo de la vida, que al mismo tiempo proporciona diferentes caminos y alternativas para asegurar futuros sostenibles en los que prima la equidad, la inclusión, el desarrollo humano y la preservación del planeta. Como humanidad debemos aprender a transformarnos día a día, a ser flexibles, adaptarnos a un mundo incierto y a “convertirnos en algo que aún no hemos llegado a ser”.
Precisamente los más de 1.500 millones de estudiantes que se han visto afectados en su proceso formativo en el mundo por cuenta de la Covid-19, refuerza la necesidad de explorar diferentes mecanismos de asegurar su aprendizaje a pesar de las circunstancias y de retomar en la agenda mundial la manera en la que la educación fomenta la inclusión social y reduce las brechas económicas dentro de la sociedad.
Dentro del plan de acción de la Unesco, la Comisión Internacional de Futuros de la Educación presentará en noviembre de este año, el informe resultado del proceso de consulta colectiva vigente para divulgar la visión de futuro de la educación y su papel en transformar a la humanidad y al planeta, desde el conocimiento y el aprendizaje.
Este tipo de aproximaciones prospectivas son de alto valor para generar conciencia sobre la importancia de la educación y fomentar compromisos en la construcción de acciones que promuevan su máximo potencial para el desarrollo de la población.
Colombia no ha sido ajena a este tipo de iniciativas, tal es el caso del Plan Nacional Decenal de Educación que en su tercera versión 2016-2026, la sociedad civil, las instituciones de educación, la comunidad académica y líderes de política educativa, luego de varios debates, plantearon la visión del país a 2026 y los desafíos para lograrla como base de la política educativa de mediano plazo, abarcando la educación inicial, básica, media y superior hasta la educación a lo largo de la vida.
Esta cooperación en materia de educación, que gracias al trabajo y compromiso de su Comisión Gestora, está liderando discusiones regionales para plantear las acciones que continuarán consolidando su ejecución para el desarrollo del país.
Actualmente, varias instituciones de educación superior, entre ellas Areandina, junto con algunas empresas y con el liderazgo del Foro de Presidentes y Connect Bogotá–Región, están iniciando un ejercicio denominado “Diálogos del Futuro”, el cual busca fortalecer la educación superior para que responda a los desafíos de un mundo cambiante y asegure la senda del desarrollo del país.
Esto se logra gracias a una educación que responda a la formación de capacidades, talentos y por supuesto, conocimiento que requiere el país para su productividad y desarrollo. El llamado es entonces, a seguir transformando la educación para realidades desconocidas que requieren personas con pensamiento crítico y adaptabilidad.