Por: Viviana Nariño Bernal, directora del programa de Gastronomía de Areandina.
El alimentarse o el consumir alimentos debe dejar de ser una práctica cotidiana a ser un proceso consciente como hábito humano. Antes de ingerir cualquier producto o plato es importante pensar en nuestra salud, el origen de estos y, porque no, en su impacto ambiental.
El poner sobre la mesa comida real cobra cada vez más sentido y es clave para un estilo de vida saludable. Es preciso contar con una alimentación basada en productos integrales y frescos, evitando aquellos altamente procesados, llenos de aditivos y conservantes que son considerados como vacíos, pues, aportan calorías, pero pocos nutrientes.
El adagio popular “dime con quién andas y te diré quién eres”, cobra también sentido en el consumo de alimentos y por ello hay que revisar en qué estamos basando nuestras dietas para finalmente pensar, en quiénes somos.
Como académica en gastronomía debo seguir insistiendo que hay muchas enfermedades asociadas a una mala relación con los alimentos, como por ejemplo la diabetes, impactos gastrointestinales, fallas cardiacas, obesidad, desnutrición y hasta trastornos alimentarios.
El etiquetado nutricional que hoy se puede evidenciar en los empaques de alimentos que encontramos en supermercados y tiendas, son esenciales para identificar sus componentes y verificar niveles de azúcar, sodio, edulcorantes y otros, que en exceso, pueden incentivar deterioros en la salud.
Las redes sociales y la web han permitido conocer fuentes de alimentos e incorporar nuevos ingredientes a las comidas, lo que ha hecho también que el sector gastronómico innove y se alinée con estas tendencias. Debemos pensar en la cultura alimentaria basada en la diversidad, el equilibrio, el placer y la sostenibilidad, y desde luego, beneficie al planeta en el que coexistimos con otras especies.
Hay que priorizar los alimentos frescos como la carne de aves, los pescados y mariscos, los huevos, carne de res magra, legumbres como los garbanzos, fríjoles, soja y lentejas y, productos lácteos bajos en grasa, como el yogurt griego; y aquellos bajos en grasa, todos con un alto valor nutricional.
Los hábitos alimenticios de los ´centennials´, que son más activos en las redes sociales y tienden a compartir sus actividades, han ayudado a marcar la pauta. Este grupo poblacional valora no solo la buena comida, sino la experiencia, lo que obliga a los restaurantes a continuar invirtiendo en el mejoramiento de sus menús, crear nuevas experiencias y posicionar marcas coherentes con este sentido.
Una de las principales características de consumo de esta generación contrasta con su comprobado amor por las comidas rápidas que prefieren disfrutar en la comodidad de sus casas y que ha llevado al aumento de aplicaciones de delivery. Sin embargo, hay que destacar que son los centennials quienes lideran el cambio hacia una mayor conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable.
Así que el llamado es a seguir informándose de la composición de los alimentos y al sector gastronómico, a incorporar el Food Design nuevos platos y productos que atiendan no solo a la necesidad de vender, sino a la responsabilidad de alimentar.
En el siguiente enlace podrás generar todas tus solicitudes.
Aquí podrás consultar y generar según el tipo de certificado que necesites.
Encuentra aquí todas las opciones de financiación que Areandina tiene para ti.
Consulta aquí toda la información que necesitas.
Encuentra toda la información sobre este requisito en el siguiente enlace.
Realiza todo el proceso de inscripción en los siguientes enlaces Pregrado • Posgrado • Educación Continuada.
Encuentra la información aquí:
https://youtu.be/0dB8vZN2P6w?si=-t4hjx0AlMhVPJ10
Recuerda que con estas credenciales puedes ingresar a todas las plataformas de la Institución.
Consulta aquí toda la información que necesitas.
https://www.areandina.edu.co/financiacion/descuentos-institucionales
https://www.areandina.edu.co/financiacion/convenios-de-descuentos